MANIQUÍES
Sueño y soledad
Georgio de Chirico
ELSA COPATI
I
Cabezas calvas
cuerpos grises
rostros neutros
los de ellos
maniquíes expuestos
en vidrieras desmanteladas.
¿Habrá algo aún?
¿Habrá algo más que tránsito y esmog?
No hay techo donde guarecerse.
Solo sangre y humo y humedad.
Tras la lobreguez de los cristales
¿se soñarán libres
de una intemperie sin edad?
Calvas cabezas
grises cuerpos
neutros rostros
los nuestros
en la vidriera hostil de la ciudad
abrazados a lo inútil
ausentes que claman por ser
y sin embargo no.
II
¿A quién rogar por la desnudez de los maniquíes
criaturas ambiguas
fabricadas para ostentar esplendores ajenos?
¿A quién rogar por sus despojos
mientras elegimos cuidadosamente
la calidad de las telas
la perfecta confección
las texturas y colores
de la última moda?
¿A quién rogar en la turbiedad del sendero
por nosotros
mancillados de desnudez
esa violencia?
III
Des-almados somos
o parecemos
o tal vez nadie lo sepa.
Estamos sin ser.
Lucimos lo que no.
Vestidos, sombreros, trajes de varón o mujer
se apoderan de nuestros cuerpos vacíos
y nos muestran como no somos
porque se nos han negado la carne
y la sangre y la piel y el sabor y el aroma.
Pero por las dudas
cerrar todas las puertas
por las dudas
bajar las cortinas metálicas
por las dudas
apagar las luces.
Tal vez los des-almados
seamos
por los ojos de los otros
no un artificio
sino la verdad
en actitud de posar.
Maniquíes
PLAQUETA
(2001)
Georgio de Chirico
ELSA COPATI
I
Cabezas calvas
cuerpos grises
rostros neutros
los de ellos

en vidrieras desmanteladas.
¿Habrá algo aún?
¿Habrá algo más que tránsito y esmog?
No hay techo donde guarecerse.
Solo sangre y humo y humedad.
Tras la lobreguez de los cristales
¿se soñarán libres
de una intemperie sin edad?
Calvas cabezas
grises cuerpos
neutros rostros
los nuestros
en la vidriera hostil de la ciudad
abrazados a lo inútil
ausentes que claman por ser
y sin embargo no.
II
¿A quién rogar por la desnudez de los maniquíes
criaturas ambiguas
fabricadas para ostentar esplendores ajenos?
¿A quién rogar por sus despojos
mientras elegimos cuidadosamente
la calidad de las telas
la perfecta confección
las texturas y colores
de la última moda?
¿A quién rogar en la turbiedad del sendero
por nosotros
mancillados de desnudez
esa violencia?
III
Des-almados somos
o parecemos
o tal vez nadie lo sepa.
Estamos sin ser.
Lucimos lo que no.
Vestidos, sombreros, trajes de varón o mujer
se apoderan de nuestros cuerpos vacíos
y nos muestran como no somos
porque se nos han negado la carne
y la sangre y la piel y el sabor y el aroma.
Pero por las dudas
cerrar todas las puertas
por las dudas
bajar las cortinas metálicas
por las dudas
apagar las luces.
Tal vez los des-almados
seamos
por los ojos de los otros
no un artificio
sino la verdad
en actitud de posar.
Maniquíes
PLAQUETA
(2001)
Mirada pesimista,decepcionada', quizá la realidad sea esa para quien ausculta c/ojos abiertos.
ResponderEliminarAbrazo. Felicitaciones H.D.