SER DE LA NOCHE
Nocturno (1900)
Eugene Jansson
ELSA COPATI
SER DE LA NOCHE
I
Ella danza sobre las aristas de la noche.
Un gato negro la corona
y un búho se alza sobre uno de sus hombros.
Su séquito de murciélagos le revolotea
y le danza su misma danza
sobre la misma misma silente arista.
Ella exhibe, impúdica, sus despojos.
De su capa se le descuelgan hilachas
como estrellas que se desmayan
cansadas de brillar.
Es la reina.
La ovacionó la noche.
La proclamaron sus seres.
Su poder solo peligra ante el día
que ya va destiñendo la negrura.
Envuelta dentro de sí misma
goza su instante su agonía.
II
Soy noche de tus noches
loba aullante
de tu aullido
Maldoror
ser de tinieblas y otredades.
Te convoco.
Caminemos juntos los trayectos
que enlazan abismo con abismo.
Hurguemos en la herida ajena y nuestra
al mismo tiempo que se abre
aterrada
a nuestros ojos.
Caminemos Maldoror
sigamos tras lo incierto.
Hay una misma noche afuera
y en nosotros.
III
Yo
ser de la noche, caminante, sé del silencio inabarcable del espacio sé del no silencio que lo surca. Sin embargo qué sobre el silencio qué sobre el no silencio. Qué sobre lo que es y no es al mismo tiempo.
Yo
ser de la noche casi nada rodeada por infinitos semejantes. Transeúnte universal y cotidiano. Encerrada. Qué sobre el silencio de adentro y el silencio de afuera qué sobre el no silencio de adentro y el no silencio de afuera. Las estelas se entrecruzan se unen y desunen se fecundan en silencio. Los meteoros se rozan se chocan se fecundan en no silencio. Pero qué sobre el silencio y su oponente. Uno y otro. Uno en el otro. Uno para el otro. Qué sobre lo que es y no es al mismo tiempo. Juntos unidos por la misma fuerza.
Y
yo
ser de la noche
abandonada del poema
ilimitadamente.
Veinte Voces de Buenos Aires
Antología Poética
(1995)
Eugene Jansson
ELSA COPATI
SER DE LA NOCHE
I
Ella danza sobre las aristas de la noche.
Un gato negro la corona
y un búho se alza sobre uno de sus hombros.
Su séquito de murciélagos le revolotea
y le danza su misma danza
sobre la misma misma silente arista.
Ella exhibe, impúdica, sus despojos.
De su capa se le descuelgan hilachas
como estrellas que se desmayan
cansadas de brillar.
Es la reina.
La ovacionó la noche.
La proclamaron sus seres.
Su poder solo peligra ante el día
que ya va destiñendo la negrura.
Envuelta dentro de sí misma
goza su instante su agonía.
II
Soy noche de tus noches
loba aullante
de tu aullido
Maldoror
ser de tinieblas y otredades.
Te convoco.
Caminemos juntos los trayectos
que enlazan abismo con abismo.
Hurguemos en la herida ajena y nuestra
al mismo tiempo que se abre
aterrada
a nuestros ojos.
Caminemos Maldoror
sigamos tras lo incierto.
Hay una misma noche afuera
y en nosotros.
III
Yo
ser de la noche, caminante, sé del silencio inabarcable del espacio sé del no silencio que lo surca. Sin embargo qué sobre el silencio qué sobre el no silencio. Qué sobre lo que es y no es al mismo tiempo.
Yo
ser de la noche casi nada rodeada por infinitos semejantes. Transeúnte universal y cotidiano. Encerrada. Qué sobre el silencio de adentro y el silencio de afuera qué sobre el no silencio de adentro y el no silencio de afuera. Las estelas se entrecruzan se unen y desunen se fecundan en silencio. Los meteoros se rozan se chocan se fecundan en no silencio. Pero qué sobre el silencio y su oponente. Uno y otro. Uno en el otro. Uno para el otro. Qué sobre lo que es y no es al mismo tiempo. Juntos unidos por la misma fuerza.
Y
yo
ser de la noche
abandonada del poema
ilimitadamente.
Veinte Voces de Buenos Aires
Antología Poética
(1995)
Juntos unidos por la fuerza, creo que es un buen resumen, los antagónicos se unen al fin y este personaje,reina de la noche, lo proyecto a varias elecciones, desde la luna hasta la inspiración, da para pensar.Gracias por compartir
ResponderEliminar¡Increíble trilogía, Elsa!!! En esa ronda de noche oscuridad silencio y no silencio, el gato y la loba aullante configuran un laberinto de sensaciones que se entrecruzan dentro y fuera de la poética.
ResponderEliminarSolo el alcance de la alta poesía puede lograr estos efectos.
Excelente texto, de altura poética. Inquietante e inspirador. Cada fragmento atrae la palabra poética como un imán. El remate es estremecedor. Gracias. Un abrazo. Adriana Dirbi Maggio
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