COSMÉTICA
ELSA COPATI
Mujer ante el espejo Pablo Picasso
I
Ella se desata las manos
para remover la inerme cáscara de sus uñas.
Fina capa de barniz les imprime nuevos soles,
como si recién las estrenara.
Se las mira con esa opacidad
que ya es inherente a sus ojos.
Ella se suspira entera se entrecierra
y se las ata nuevamente
por las dudas
no sea que al extender los brazos
las manos se le desbanden
como aves en fuga.
II
Ponerse y quitarse la cara es cosa de todos los días.
Enmascararse tras fragancias y colores,
nutrirse la piel para que se ilumine
con fuegos de artificio.
Se aprenden muchas cosas a lo largo de la vida.
a encubrir las ojeras con un toque de corrector
o sombrearse los párpados
con las tonalidades de la luz
o desaparecer entre delineadores y rubor.
El juego de la máscara se juega a cada instante.
Solo el espejo piadoso estará en lo cierto.
Solo él se dejará llorar.
III
Ella y el espejo.
Mujer ante el espejo Pablo Picasso
I
Ella se desata las manos
para remover la inerme cáscara de sus uñas.
Fina capa de barniz les imprime nuevos soles,
como si recién las estrenara.
Se las mira con esa opacidad
que ya es inherente a sus ojos.
Ella se suspira entera se entrecierra
y se las ata nuevamente
por las dudas
no sea que al extender los brazos
las manos se le desbanden
como aves en fuga.
II
Ponerse y quitarse la cara es cosa de todos los días.
Enmascararse tras fragancias y colores,
nutrirse la piel para que se ilumine
con fuegos de artificio.
Se aprenden muchas cosas a lo largo de la vida.
a encubrir las ojeras con un toque de corrector
o sombrearse los párpados
con las tonalidades de la luz
o desaparecer entre delineadores y rubor.
El juego de la máscara se juega a cada instante.
Solo el espejo piadoso estará en lo cierto.
Solo él se dejará llorar.
III
Ella y el espejo.
La crema de limpieza borra el maquillaje. Las pestañas son una mancha oscura alrededor de los ojos que va desapareciendo bajo la presión de un algodón embebido en aceite perfumado. Un papel tisue recoge los últimos vestigios para perderse luego en la fetidez de las cloacas. La máscara está corriendo por turbias cañerías.
El espejo ya la refleja a ella misma. Por fin se siente segura. Dueña. Ha recuperado su cara la única la de aspecto yermo con algunas finas arrugas alrededor de la boca que le agregan un cierto rictus contraído. Pero no demasiado. No tanto.
La rocía con una loción que la refresca y tonifica. Siente la humedad sobre su piel. Pequeñas gotas le cuelgan de las pestañas.
Reencuentro. Reencuentro con su cara perdida durante el día.
Blandos pasos la recorren. Sueño.
Pero antes de acostarse cumple con el último rito. Observa que todo esté como Dios manda en un hogar como Dios desea.
Se deja caer en el sueño.
Son pocas horas. Muy pocas.
Al día siguiente el maquillaje compondrá de nuevo a la otra. La máscara ejercerá su poder. Ella disimulará el rictus elevando con fuerza la comisura de los labios.
Despojada se dejará sonreír.
Poetas en Botella al Mar
Antología 1946-1996
Editorial Botella al Mar. Fundada por Arturo Cuadrado y Luis Seoane en su 50o. aniversario.
El mensaje navega por distintos mares... y llega a las manos de su ensueño... La botella al mar cumplió, entre olas y puertos, su peligroso destino. Navegar es alcanzar.
De este milagro o pasión, se forja en América Botella al Mar, residencia de profunda belleza y cumplimiento de la palabra cuando canta o llora, entre sueños o realidades.
Las ediciones de Botella al Mar son libros nacidos para ser llevados a orillas misteriosas donde las olas quieran arrojarlos, donde cada uno sigue la suerte de su propio e inexorable destino y constituyen una realidad en la vida cultural de la Argentina.
Fragmento de prólogo a esta edición firmado por sus directores Arturo Cuadrado y Alejandrina Devescovi. Buenos Aires, 1996.
Poetas en Botella al Mar
Antología 1946-1996
Editorial Botella al Mar. Fundada por Arturo Cuadrado y Luis Seoane en su 50o. aniversario.
El mensaje navega por distintos mares... y llega a las manos de su ensueño... La botella al mar cumplió, entre olas y puertos, su peligroso destino. Navegar es alcanzar.
De este milagro o pasión, se forja en América Botella al Mar, residencia de profunda belleza y cumplimiento de la palabra cuando canta o llora, entre sueños o realidades.
Las ediciones de Botella al Mar son libros nacidos para ser llevados a orillas misteriosas donde las olas quieran arrojarlos, donde cada uno sigue la suerte de su propio e inexorable destino y constituyen una realidad en la vida cultural de la Argentina.
Fragmento de prólogo a esta edición firmado por sus directores Arturo Cuadrado y Alejandrina Devescovi. Buenos Aires, 1996.
Sí, Elsa a vece somos máscaras, elegidas para engañar o engañarnos, otras para sobrellevar los surcos de lágrimas, las más de las veces para frenar al espejo que cambia cada día nuestra imagen.
ResponderEliminarAbrazo : Haidé
¡Qué hermosos poemas, Elsita! Un gran asombro por esa poética dual, controvertida, tan de mujer.
ResponderEliminarPor cierto, esa ilustración es perfecta y redondea el contenido de este maravilloso post. ¡Felicitaciones!!!
Beso beso, Lina